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Pan Integral de Avena, riquísimo y fácil

Creo que este es el pan más bello que he hecho, salió tan perfecto y bonito que lo he amado a primera vista y lo mejor es que fue muy fácil de hacer. Ya tocaba hacer algo con avena como lo había prometido y este es el elegido.

Pero este pan no es solo de avena, además es integral. Desde la primera vez que me puse a hacer panes integrales solo he tenido un pequeño inconveniente: que no crecían mucho. ¿Nunca les ha pasado que algo les sale super bien y luego no se acuerdan cómo lo hicieron y cuando lo vuelven a intentar ya no les sale igual? Pues eso me pasó con este tipo de pan, una vez hice un pan integral que creció grande y bonito, pero a la siguiente vez ya no salió bien. Bueno, me tardé un poquito, pero ya lo tengo y por eso compartiré pronto más pancitos integrales.

El chiste del pan integral pues es que se hace con harina integral (no me digas), pero parece que la harina integral, por sí misma, crece menos que la normal, imagino que por eso en la mayoría de recetas de pan integral que he encontrado, optan por combinar la harina común con la integral en partes iguales, incluso otros ponen menos harina integral, pero eso nunca lo he querido hacer porque me parece que sería como estafar a mi estómago. Si voy a comer integral, pues que lo sea. Y aunque el pan de hoy no es solo integral, tiene una mínima cantidad de harina común, y lo más importante: la señora avena.

Seguro ustedes ya lo sabían, pero yo hace poco nomás me enteré de que la avena en muchos casos puede cumplir muy bien el papel de la harina en la cocina, y es una opción más saludable y nutritiva. 

Entonces, por mí misma, quise hacer una combinación de harina integral con avena, dándome solo una ayudita con harina común, y obtuve esta receta: 

  • 200 gr. de harina integral (1 ½ tazas aprox.)
  • 200 gr. de avena (2 tazas aprox.)
  • 100 gr. de harina común – sin preparar (⅔ de taza aprox.)
  • 350 ml. de agua tibia (un poco menos de 1 ⅔ tazas aprox.)
  • 1 ½ cucharadita de levadura seca
  • 2 cucharaditas de azúcar
  • 1 cucharada de miel
  • 1 cucharadita de sal
  • 1 cucharada de aceite vegetal
  • 1 cucharada de avena para decorar

Don’t worry, la harina integral no es difícil de conseguir, la compré donde compro todo lo demás. Y he usado la avena instantánea precocida, la que todos conocemos, y lo primero que hay que hacer es convertir la avena en harina de avena, es facilísimo, solo la muelen en la licuadora y en menos de 1 minuto, está lista.

Luego se mezclan las 3 harinas en el bowl y se le hace un huequito en el centro.

Se disuelve la levadura en el agua y se vierte dentro del huequito de la harina, para luego agregar allí la miel y el azúcar y remover para mezclar y luego integrar de a pocos la harina. Una vez que se comience a formar una masa sólida, se agrega el aceite y la sal.

Terminen de integrar con las manos y luego vuelquen la masa a la mesa, deberán amasar hasta obtener una apariencia más pareja, no requiere mucho tiempo de amasado, esta vez no quedará muy lisa porque la harina integral es más gruesa. 

Debe quedar una apariencia pareja.

Lo que sí es importante es que sea una masa suave, si está muy seca o dura de manejar, agreguen una cucharada de agua (o más) hasta suavizarla (Sino, luego serán parte de una triste historia).

Le dan forma de bola, engrasan con las manos la masa y el bowl usando unas gotitas de aceite y la dejan reposar hasta que crezca, bien tapada con un plástico y/o con un trapo de cocina (yo la dejé 2 horas).

Luego de 2 horas, luce así.

Una vez haya crecido, procedan a engrasar el molde con gotitas de aceite, aquí les dejo nuevamente las medidas de mi molde para que tengan en cuenta el tamaño del pan (Si usan un molde más grande, tendrán que aumentar las cantidades). 

Se vuelca la masa sobre la mesa y se deshincha presionándola con los dedos con el fin de sacarle el aire. Y a la vez, con las manos, le dan forma de rectángulo, procurando que el ancho del rectángulo mida igual que el largo del molde.

Luego nada más hacen un rollito (yo siempre al enroscar, jalo un poquitito para que el rollo tenga más vueltas), y lo colocan en el molde con la unión hacia abajo, antes doblan los extremos hacia abajo si es necesario para que calce perfecto. Por último, aplastan un poquito el rollo con la palma de la mano para que ocupe bien todo el fondo del molde.

En esta foto les muestro cómo la masa ocupa a lo mucho la mitad del molde.

Dejan reposar el molde nuevamente tapado con un plástico y/o con un trapo de cocina por otras 2 horas.

Y luego admiren esta preciosura:

😌 Cosa linda! Cosa hermosa!…

Casi me desmayo cuando vi que creció tan bonito a pesar de tener harinas diferentes, totalmente gordito y con la superficie parejita. 

Obvio, no creció tanto como cuando se usa harina normal (lo cual pueden ver en mi pan blanco de molde que hice la vez pasada), pero créanme que he visto resultados muy tristes al hacer otros panes integrales y este es una belleza que está a años luz de ellos.

Apenas haya crecido el pan, toca precalentar el horno a 180°C (fuego medio-bajo) por unos 15 minutos y mientras tanto, para que quede más lindo, hagan lo que yo: le apliqué un poquito de clara de huevo (no es necesario la yema) y lo decoré con hojuelas de avena, y si no tienen esta avena pueden usar la normal y queda igual de bonito. Ojo que hay que tener mucho cuidado al decorar porque si se presiona mucho el pan, se puede desinflar y ahí sí, es una desgracia. 

😍

Se hornea por 25 minutos y ¡listo!

… Cosa bien hecha!

Déjenlo enfriar un poco, antes de desmoldar y procuren esté ya frío para cortarlo, así obtendrán tajadas firmes que no se desbaraten.

😍
¡Buenazooo!

Les cuento que el sabor es muy agradable y diferente, tiene un pequeñísimo toque dulce y una miga esponjosa. 

La señora avena hizo un trabajo excelente y por eso merece más recetas que compartiré pronto.

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